DEFENDER LO NUESTRO

AMPARO MARCO                                  Mediterráneo, 21-03-12

Después de unos días extraordinarios, en los que la fiesta ha sido lo único, lo importante, hoy Castellón vuelve al día a día. Castellón ha demostrado que sabe estar en el momento de la diversión y de la alegría ciudadana, y ahora debe demostrar que sabe estar en el momento decisivo para buscar su futuro.

El periodo que se abre a partir de hoy es decisivo para determinar cómo queremos que sea el Castellón del mañana. La crisis está cerrando puertas a la inversión y habrá más dificultades para conseguir lo que consideramos justo e imprescindible para encarar mejor los malos tiempos.

Los Presupuestos Generales del Estado que conoceremos en las próximas semanas serán los peores de la historia para la ciudad de Castellón y para la provincia. El Gobierno no observa las necesidades de Castellón con los mismos ojos que lo hacemos nosotros y es probable que veamos como el AVE entre Valencia y Castellón deja de ser un objetivo estratégico y se potencia el AVE en Zamora o en Galicia.

Los grandes proyectos que han de ponernos en el mapa, como el Corredor Mediterráneo, están en el aire. Hemos luchado mucho en los últimos años para acercarnos a Europa, para que se reconozca la importancia de contar con un eje de comunicaciones que traiga prosperidad y riqueza para todos. Pero el Gobierno ha amenazado ya con abandonar el Corredor Mediterráneo para potenciar el eje central.

Es más necesario que nunca que los representantes de la ciudadanía nos pongamos de acuerdo en lo importante. A pesar de las diferencias, ahora lo que toca es demostrar que la unión hace la fuerza y que la voz de Castellón se oirá donde sea necesario para lograr ese objetivo común que es igual para todos: poner a Castellón en el primer lugar de nuestras prioridades políticas.

Si conseguimos hacernos oír fuerte y claro, si somos capaces de actuar ante el Gobierno con la misma energía ciudadana que hemos demostrado en nuestra semana grande de la Magdalena, seguro que alcanzaremos nuestro propósito. O estaremos cerca de lograrlo. Lo que no podemos, ni debemos consentir, es que quien tiene capacidad de ayudarnos a buscar nuestro futuro nos maltrate con su indiferencia.