CASTELLÓN SE ABRE AL MUNDO

AMPARO MARCO                                       Mediterráneo, 14-03-12

Castellón vive estos días la eclosión de la fiesta. Después de un año de larga espera, los castellonenses nos hemos reencontrado con nuestros orígenes y lo estamos festejando como solo nosotros sabemos hacerlo. Las calles están llenas de vida, la alegría se ha adueñado de una ciudad que quiere olvidar los malos momentos y disfrutar al máximo del momento.

La Historia de Castellón está llena de momentos en los que las ciudadanas y los ciudadanos han sabido responder a las adversidades con fuerza y con esperanza. Ese mismo espíritu es el que tenemos que recuperar ahora, cuando las circunstancias nos obligan a adaptarnos a tiempos llenos de dificultades.

Muchas personas, venidas desde otros países o desde poblaciones cercanas, nos acompañan en esta semana grande. Debemos mostrar nuestra mejor cara, enseñarles nuestro mejor patrimonio, que es el orgullo de formar parte de un pueblo que sabe mantener las tradiciones, pero que mira al futuro con determinación, con la esperanza de que pronto volveremos a recuperar el progreso perdido.

La luz, la música y la pólvora forman parte de nuestro ADN. La Magdalena se ha convertido en una fiesta global, en la que la diversión y la cultura se complementan a la perfección. La internacionalidad de las fiestas fundacionales de Castellón nos obliga a mejorar, a perfeccionar la oferta turística para que la fiesta sea, además, un aliciente para la economía.

Poco a poco iremos haciendo una Magdalena que sea un gran foco festivo, cultural y económico y la proyectaremos al mundo. Solo nos hace falta que la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España nos den el empujón definitivo para divulgar las fiestas de Castellón por todo el mundo. Necesitamos la ayuda de otras administraciones para lograr el verdadero impulso que precisan las fiestas.

Cuando llega la Magdalena, Castellón abre sus puertas y deja que miles y miles de personas conozcan esta gran ciudad, su gastronomía, su música, sus gaiatas, sus gentes. Es el momento de demostrar que Castellón existe, que la Magdalena vive y que sale a la calle cada año para demostrar el testimonio de su rico pasado y el compromiso de su mejor futuro.