HUELGA

AMPARO MARCO                                        Mediterráneo, 14-11-2012

Los derechos se conquistan en siglos y se pierden en segundos. La Historia nos demuestra que los avances sociales han costado sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas y que miles de antepasados entregaron su vida amarga a la causa de la libertad para que nosotros tuviéramos una vida con futuro. Por eso entristece tanto que los logros sociales alcanzados en España, y que nos distinguían como un país líder en derechos y oportunidades, se vengan abajo como un castillo de naipes.

Estamos asistiendo al deterioro de la democracia, al desplome provocado por una derecha que solo aspira a gestionar la destrucción que ella misma causa. En menos de un año, la política de tierra quemada del Partido Popular ha dejado un paisaje desolador: más paro, una economía mortecina, desencanto e indignación. El Gobierno está empujando a España por el borde del precipicio y la caída dejará un país herido de muerte.

La huelga general convocada hoy por las organizaciones sindicales es una jornada para decir “basta”, para alzar la voz contra las injusticias encadenadas de un Gobierno insensible e insolidario. Tenemos la ocasión de demostrar que Castellón protesta contra las políticas injustas y equivocadas del PP que están laminando el Estado del bienestar. Cada mañana nos levantamos con la triste sensación de que todo cambia, pero a peor. Miramos atrás y vemos que una parte de lo que fuimos se quedó detrás, ya no sigue con nosotros.

La determinación de todos y todas puede hacer que las cosas cambien. El Gobierno no tiene manos libres para llevarnos a la ruina. Las mayorías absolutas no son mayorías absolutistas. Debemos convencernos de nuestra capacidad para transformar la realidad. A pesar de los intentos de los derechistas por criminalizar el derecho a la huelga, el ejercicio de la discrepancia es legítimo y saludable.

Las transformaciones sociales del último siglo, de las que tanto se han beneficiado quienes ahora condenan a los sindicatos, se han conseguido con el esfuerzo valiente de militantes de la izquierda que, en días como hoy, salieron a la calle a decir que otro mundo es posible. Si entonces lo lograron, ahora lo lograremos.