IGNACIO SUBÍAS Mediterráneo, 27-11-2012
Comentaba un representante del
P.P. durante uno de los debates de presupuestos en las Cortes Valencianas, que
el comportamiento de algunos es como una viriasis. Si hiciéramos caso de éste
símil, se le podría contestar que uno de los problemas, es que el P.P. ante una
viriasis, la intenta combatir con antibióticos y como sabe cualquier
profesional de la sanidad, para las infecciones víricas no sirven los antibióticos,
es más suponen un tratamiento erróneo, que llevará a no curar la infección, a
mayores costes y a posibles creaciones de resistencias como consecuencia de la
mala utilización de un arma terapeútica ineficaz en este caso. Me parece un
buen ejemplo de la forma de actuar del P.P. y sus consecuencias.
Se nos esta insistiendo desde los
gobiernos del P.P. que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ello
les lleva a justificar recortes en derechos que parecían consolidados. Así
mismo se acusa al sistema sanitario de ser ineficiente e insostenible y que el
gasto ha crecido excesivamente y todo esto para justificar medidas ideológicas
e incidir en que la gestión privada es más eficiente.
Hay que recordar, que cuando se
construyó el modelo sanitario que tenemos, a partir de la Ley general de
sanidad de 1986, siendo ministro Ernest LLuch, también había crisis y se
destruía empleo. Pero en cambio se tomo la decisión de aumentar la cobertura,
se apostó por la universalización, la equidad e incrementar las prestaciones.
Todo lo contrario de lo que están haciendo ahora los gobiernos del P.P., que
están debilitando el sistema sanitario, disminuyendo la cobertura, el personal,
incrementando las listas de espera y profundizando en la privatización.
En ésta crisis que estamos
viviendo, se están imponiendo las tesis de lo que podíamos llamar un
capitalismo de casino, que en el caso de la sanidad esta buscando auténticas
posibilidades de negocio, pues ha visto un bocado apetitoso en ella.
Como he dicho en otras ocasiones,
nuestro sistema sanitario ni es insostenible, ni es ineficiente. De hecho esta
entre los cinco más eficientes de los países desarrollados, nuestro gasto per
cápita es inferior, nuestra esperanza de vida al nacer es la segunda más alta
tras Japón, nuestra mortalidad infantil es más baja que la de EEUU y nuestro
modelo era Universal hasta que el P.P. aprobó el RDley 16/2012. Quienes ponen
en duda nuestro sistema, son quienes pretenden ahondar en el negocio privado
con la sanidad.
Hay que recordar que nuestro gasto público es de 5,5
puntos inferior al de la Unión Europea, ciertamente lo que ocurre es que los
ingresos son también 9 puntos más bajos que los de la Unión Europea. Luego el
problema no es tanto de gasto, como de ingresos. Nuestro déficit de ingresos se
produce como consecuencia de la burbuja inmobiliaria, la disminución de
ingresos por el impuesto de sociedades y el incremento del fraude fiscal, sin
duda en estos puntos debe de actuar un gobierno. Evidentemente hay alternativas
para ello y hay tratamiento que debe de compatibilizar reformas sanitarias
dentro de nuestro buen sistema público, junto con reformas necesarias del
sistema económico. El P.P. no esta trabajando en la dirección adecuada y como
escuché en una conferencia hay motivos para seguir luchando para mantener
nuestro sistema sanitario basado en los principios de la Ley general de sanidad
de 1986.
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