AURORA MARTÍNEZ Mediterráneo, 04-05-2012
Recientemente, el portavoz del Consell de la Comunitat Valenciana y a
pregunta de una periodista en una rueda de prensa respondió, con intención
aclaratoria se presupone, que el verbo privatizar tenía varios significados
según la interpretación que se le diera y en relación a la citada pregunta
sobre los planes del Gobierno de nuestra comunidad sobre la progresiva
privatización de los servicios sanitarios, manifestó que privatizar era que
todos los servicios fuesen prestados por una empresa privada, mientras que si
algunos, que no todos, de los servicios eran prestados por organizaciones
externas, se trataría de una subcontratación.
La verdad sea dicha es que los que escuchamos esta declaración quedamos
sorprendidos ante la explicación de una realidad que está ahí y a la que se le
quiere dar un toque de existencialismo y hasta de surrealismo, dentro del marco
de la mayor normalidad y lógica.
Se diga lo que se diga, la verdad es que por razones respaldadas por el
argumento de la eficacia en el servicio, se están desviando, cada día más, las
prestaciones de servicios sanitarios a empresas privadas las cuales facturan a
la Conselleria de Sanitat. Aparte de consideraciones con un toque
político-social, habría que explicar las razones por las que no se potencia la
prestación de los servicios privatizados, por los hospitales públicos, con la
provisión de las infraestructuras necesarias, y se trata de racionalizar tanto
la programación como los costos de las prestaciones.
Sigo sin entender lo que supuestamente debería ser entendible, pero la
realidad es que aparte de una mayor o menor capacidad intelectual del receptor
del mensaje, es decir el pueblo, se trata de una cuestión de semántica.
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