IGNACIO SUBÍAS Mediterráneo, 26-06-2012
Cuando ustedes lean éste
artículo, quedará menos de una semana para que se comience a aplicar el copago
en la sanidad, en éste caso se aplicara en farmacia y todos lo notaremos, así
las personas en activo laboralmente pagaremos entre el 50 y el 60% del coste de
las medicinas. Pero donde esta injusta e insolidaria medida caerá como una losa
será sobre los pensionistas, sobre las personas mayores. Precisamente aquellos
que tienen más necesidades en general y también sanitarias, pues bien deberán
de pagar el 10% del coste de los medicamentos. A eso se le unirá sin tardar, el
pago de las prótesis externas, la oxigenoterapia domiciliaria, el trasporte
sanitario no urgente y las dietas terapeúticas.
En definitiva el P.P. habrá
cumplido con su amenaza de copagar, eso que dijeron que no harían y que recaerá
sobre todos, pero sobre todo en aquellos que más necesidades tienen y que
suelen tener bajos muy bajos salarios y que van a pagar la incapacidad de un
gobierno que no ha sabido priorizar y que ha despilfarrado. Mientras los
pensionistas deberán de pagar el 10% de sus medicinas, el gobierno Valenciano
sigue sin pagar a los proveedores, a las farmacias, a los dependientes, a las
asociaciones de enfermos mentales o de personas con diversas discapacidades o a
asociaciones que tratan de diversas problemáticas sociales y además suben las
tasas universitarias dificultando el acceso de los jóvenes con menos recursos,
abriendo nuevamente una brecha social en cuanto a las posibilidades de
formación.
En cambio siguen sin ser capaces
de disminuir gastos en temas no prioritarios y eventos que han formado parte de
su política y que no han supuesto inversiones productivas y que sin duda no se
pueden permitir en momentos como los actuales.
El día uno de julio comienza a
caer sobre los ciudadanos la política de recortes más dura del P.P. y sin duda
supondrá el traspasar nuevamente una línea roja que será recordada
lamentablemente, como un mal día para el Estado del bienestar y para los
derechos de los ciudadanos.
Recordemos que el estado del
bienestar debe de tener una serie de elementos claves, tales como el papel
imprescindible del Estado y de los gobiernos autonómicos, la solidaridad como
valor, la equidad como principio, la distribución como elemento de equilibrio,
la ética como guía de comportamiento y el bienestar social como objetivo. El
sistema sanitario es parte fundamental de la columna vertebral del estado el
bienestar. Cabe recordar que la esperanza de vida es cada vez mayor y que en
los próximos 40 años se duplicara la población mayor de 65 años que son
precisamente los que realizan lógicamente una mayor utilización del sistema
sanitario, pues un 75% de ellos tienen algún problema crónico de salud y el 90%
consumen algún medicamento a diario. Es pues evidente la necesidad de incidir
en la atención a éste grupo de personas y no adaptarse a las nuevas necesidades
supondrían altos costes económicos y sociales.
Precisamente sobre ésta población va a descargar el
P.P. el copago sanitario, que les va a afectar en su modo de vida. En fin malos
días para el estado del bienestar y sobre todo para aquellos que más necesitan
de un sistema sanitario público, con las garantías que hemos disfrutado en los
últimos 30 años. Lamentablemente el P.P. esta avocando a un sistema dual, que
perjudicará a los más necesitados.
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