miércoles, 27 de junio de 2012

ESPERANZA ALBINEGRA


AMPARO MARCO                                       Mediterráneo, 27-06-2012


Cada día que pasa vemos con más sorpresa lo que está sucediendo en el Castellón. El club está a un paso del final, de la desaparición. Si en unos días no se soluciona el culebrón, los castellonenses perderemos una parte importante de nosotros, un elemento que nos une, que nos hace fuertes y nos proyecta hacia el exterior. Lo que ha pasado en los últimos años no se entiende. Está claro que el fútbol se ha convertido en un negocio que mueve millones, pero no es menos cierto que es mucho más que eso. El CD Castellón es más que un club, es historia viva de la ciudad.

El comportamiento de las instituciones no ha sido ejemplar en los últimos tiempos. El Ayuntamiento, la Diputación Provincial y la Generalitat Valenciana, gobernadas todas por el Partido Popular, no han liderado ninguna operación para rescatar el club, no han sabido movilizar a quienes tenían en su mano el futuro del Castellón. Al contrario. Con su pasividad lo único que han conseguido es hacer más grande la bola de la mentira.

Cuando esta crisis pase y olvidemos el sufrimiento, habrá que echar la vista atrás y pedir responsabilidades a quienes pudieron evitar el desastre y no lo hicieron. El Ayuntamiento y la Diputación pusieron en manos de Castellnou muchos millones de euros y no hicieron nada para comprobar que ese dinero se utilizaba en bien del club. Los impuestos que pagamos los ciudadanos han sido entregados a personas sin escrúpulos, que solo querían el club para enriquecerse. No les importaba la pasión de unos colores, la historia deportiva que nos llevó a la gloria. Solo querían llenarse los bolsillos.


En los últimos días, la afición nos ha dado un ejemplo de amor albinegro. La recogida de firmas, la grabación de un documental, la presión sobre las instituciones no ha conseguido todavía el éxito esperado. Pero no desesperamos. Quedan unos días para impedir la catástrofe. Si el Castellón desaparece, todos seremos responsables de esa derrota moral. Pero no hay que perder la fe. Hay margen para la esperanza. La esperanza ha sido siempre la que permitió que el Castellón fuera grande en el pasado. Y lo será en el futuro. Entre todos los podremos conseguir.

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