IGNACIO SUBÍAS Levante, 2-01-2013
Estamos agotando los últimos días
del año 2012, tradicionalmente son estas fechas días de encuentros con amigos y
familiares, son frecuentes los deseos de felicidad tanto para las fiestas como
para el año entrante y a la vez son tiempos habitualmente de mayor consumo,
comidas, obsequios para niños y menos niños. Claro que plantearse todo esto
este año, resulta ciertamente complejo, sobre todo para mucha gente que esta
pasando auténticas dificultades. Si realizamos un balance de éste 2012, nos
encontramos ante uno de los peores que recuerdo.
Ha sido un año marcado por los
recortes, por las subidas de impuestos, por los incumplimientos de los
gobiernos central y autonómico, por los ERES, por las disminuciones salariales,
por el incremento del desempleo, por los desahucios de viviendas, por la
pérdida del poder financiero Valenciano con el hundimiento de nuestras cajas y
bancos, por las subidas de tasas universitarias y judiciales, por la pérdida de derechos que
parecían consolidados como la universalización de la asistencia sanitaria o los
diversos copagos que rompen la equidad y dificultan el acceso al sistema
sanitario… en fin todo un reguero de decisiones que han dejado a muchas
personas en una situación límite, que dificulta a unos a llegar a fin de mes en
una situación mínima razonable hasta todos los que están superando
lamentablemente lo que hace unos años era impensable.
La gente lo esta pasando mal y la
mayor parte de las medidas afectan a todos pero sobre todo a las clases medias
y a las bajas. Están haciendo caer el peso de la crisis y de las decisiones que
están tomando sobre aquellos ciudadanos que no las han provocado, pero que en
cambio están sufriendo sus consecuencias con una crueldad difícil de entender.
Es difícil en estas
circunstancias mirar a la cara y desear felicidad, cuando el rostro que miras
lo que te esta indicando es incertidumbre, desesperanza o resignación. Es
evidente que estoy reflejando una parte de la sociedad, pero es la que más está
padeciendo las tremendas medidas que se han tomado éste año y que no afectan a
todos por igual. No pretendo ser alarmista, pero quiero reflexionar ante las
medidas y los argumentos falaces que han utilizado los gobiernos del P.P.
justificándolos diciendo que son los necesarios para salir de ésta situación y
suponen un claro fraude electoral.
Parece duro el artículo, pero
dura es la situación, solo basta con observar como los diversos colectivos que
representan a las personas más desfavorecidas, como asociaciones de enfermos,
discapacitados, dependientes,..están saliendo a la calle para defender que se
atiendan a sus derechos de acuerdo con la dignidad que merecen. Una sociedad
justa y solidaria debe de ocuparse de todos pero sobre todo de aquellos que
tienen más problemas.
Para que el año que viene sea mejor, hay que cambiar
el rumbo de las políticas que se están llevando a cabo, porque hay otra forma
de hacer las cosas y si es verdad que hay que mirar al futuro, es evidente que
hay que tomar decisiones en el presente, que no pueden ser solo de ajustes y
recortes y se debe de dinamizar la economía y no permitir pérdida de derechos
básicos. Terminaré deseando buenas fiestas desde la solidaridad y la esperanza
basada en la justicia y los derechos.
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