martes, 1 de enero de 2013

BALANCE DE UN AÑO


IGNACIO SUBÍAS                                                 Levante, 2-01-2013


Estamos agotando los últimos días del año 2012, tradicionalmente son estas fechas días de encuentros con amigos y familiares, son frecuentes los deseos de felicidad tanto para las fiestas como para el año entrante y a la vez son tiempos habitualmente de mayor consumo, comidas, obsequios para niños y menos niños. Claro que plantearse todo esto este año, resulta ciertamente complejo, sobre todo para mucha gente que esta pasando auténticas dificultades. Si realizamos un balance de éste 2012, nos encontramos ante uno de los peores que recuerdo.

Ha sido un año marcado por los recortes, por las subidas de impuestos, por los incumplimientos de los gobiernos central y autonómico, por los ERES, por las disminuciones salariales, por el incremento del desempleo, por los desahucios de viviendas, por la pérdida del poder financiero Valenciano con el hundimiento de nuestras cajas y bancos, por las subidas de tasas universitarias y  judiciales, por la pérdida de derechos que parecían consolidados como la universalización de la asistencia sanitaria o los diversos copagos que rompen la equidad y dificultan el acceso al sistema sanitario… en fin todo un reguero de decisiones que han dejado a muchas personas en una situación límite, que dificulta a unos a llegar a fin de mes en una situación mínima razonable hasta todos los que están superando lamentablemente lo que hace unos años era impensable.

La gente lo esta pasando mal y la mayor parte de las medidas afectan a todos pero sobre todo a las clases medias y a las bajas. Están haciendo caer el peso de la crisis y de las decisiones que están tomando sobre aquellos ciudadanos que no las han provocado, pero que en cambio están sufriendo sus consecuencias con una crueldad difícil de entender.
Es difícil en estas circunstancias mirar a la cara y desear felicidad, cuando el rostro que miras lo que te esta indicando es incertidumbre, desesperanza o resignación. Es evidente que estoy reflejando una parte de la sociedad, pero es la que más está padeciendo las tremendas medidas que se han tomado éste año y que no afectan a todos por igual. No pretendo ser alarmista, pero quiero reflexionar ante las medidas y los argumentos falaces que han utilizado los gobiernos del P.P. justificándolos diciendo que son los necesarios para salir de ésta situación y suponen un claro fraude electoral.

Parece duro el artículo, pero dura es la situación, solo basta con observar como los diversos colectivos que representan a las personas más desfavorecidas, como asociaciones de enfermos, discapacitados, dependientes,..están saliendo a la calle para defender que se atiendan a sus derechos de acuerdo con la dignidad que merecen. Una sociedad justa y solidaria debe de ocuparse de todos pero sobre todo de aquellos que tienen más problemas.

Para que el año que viene sea mejor, hay que cambiar el rumbo de las políticas que se están llevando a cabo, porque hay otra forma de hacer las cosas y si es verdad que hay que mirar al futuro, es evidente que hay que tomar decisiones en el presente, que no pueden ser solo de ajustes y recortes y se debe de dinamizar la economía y no permitir pérdida de derechos básicos. Terminaré deseando buenas fiestas desde la solidaridad y la esperanza basada en la justicia y los derechos.

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