AMPARO MARCO Mediterráneo, 31-10-2012
Los presupuestos generales
del Estado son la prueba del algodón de que Rajoy y el Partido Popular no
tienen ningún interés en Castellón. Después de asistir a siete años de
teatrillo político, en el que los populares se descamisaban para exigir más
inversiones de los gobiernos socialistas, ahora resulta que cuando tienen la
posibilidad de corregir esas supuestas marginaciones, no solo no lo hacen, sino
que recortan y recortan los proyectos estratégicos de Castellón hasta dejarlos
en nada.
La realidad es que durante el
Gobierno socialista Castellón recibió más, mucho más, de lo que proclamaba el
PP. Ahí están los datos que lo demuestran. Solo hay que cogerse los tomos del
presupuesto y comparar. Pero eso es lo que nunca ha hecho el PP, que se limitó
a gritar que Zapatero odiaba a la Comunitat Valenciana. Otro engaño más que
añadir al currículum de manipulaciones de Zaplana, Olivas, Camps y Fabra: los
cuatro jinetes del apocalipsis valenciano.
Ahora, sin embargo, decir que
Rajoy ningunea a Castellón y a la Comunitat Valenciana es una gran, y triste,
verdad. Los presupuestos que ha perfilado el equipo económico del Gobierno, con
el sonriente Montoro a la cabeza, no incluyen las inversiones que la capital y
la provincia necesitan para garantizarse el desarrollo. La salida de la crisis
está más lejos cada día gracias a las decisiones del PP.
Los socialistas de Castellón
estamos decepcionados con las migajas que se incluyen en el presupuesto estatal y nuestros
parlamentarios han presentado enmiendas para tratar de corregir el maltrato
político que nos da el PP. Es nuestra obligación, aunque tengamos el
convencimiento de que el Gobierno volverá a ser insensible con las demandas
justas de Castellón y las tumbará sin ni siquiera tomarlas en consideración.
Castellón,
la ciudad que acogió hace un año la cumbre del Corredor Mediterráneo, no puede
asistir impasible al desprecio del Gobierno. El Ayuntamiento debe alzar la voz
y reclamar con fuerza un proyecto básico para conseguir que Castellón remonte
la crisis. Pero si el alcalde ha sido
incapaz de impedir la tasa del gas para la cerámica, qué podemos esperar ahora.
Nada.