NUÑO JIMÉNEZ Levante de Castellón, 05-12-2012
Esta
semana hemos conocido la profundidad de muchos agujeros y como la
administración del PP pretende colmatarlos pero no a las personas sino a las
entidades que los han generado.
El
agujero número uno, por su dimensión, es el de la banca valenciana, agujero que
ha necesitado la mitad de los fondos de liquidez europeos para sanear sus
cuentas de manera falaz e ineficaz, porque no darán el tan demandado crédito a
empresas ni particulares. Ni servirán para hacer frente a las condiciones
draconianas de los que están a un paso del desahucio gracias al acuerdo del PP
con la banca y el apoyo de UPyD a unos medidas irrisorias que dilatan el
problema del deshaucio 2 años. Ni por supuesto, aseguran los depósitos de
aquellos ahorradores, más de 100 mil en
nuestra comunidad que han confiado en las entidades valencianas y que estas les
devuelven insuficientes acciones de muy incierto cobro.
Este es
el uso que el gobierno de Rajoy y de Alberto Fabra hace
de esos fondos tan esperados. ¿Dónde se encuentran las personas después de todo
este proceso? Desde los farmáceuticos hasta el último autónomo que lleva años
acumulando deudas, sin un plan de pagos creible por parte de la administración
y sin posibilidad de recurrir a más crédito. Miles de familias hipotecadas que
cuando han comprado una casa, lo que han hecho es comprar una deuda que se ha
convertido en eterna, de no cambiar las condiciones de esa hipoteca a favor de
las numerosas medidas que la izquierda ha propuesto para saldar. Y por último
encontramos unos ahorradores a los que no se les ofrece amparo alguno por parte
de la Administración valenciana, que ni tan siquiera se ha planteado ofrecer
una solución arbitrada como si ha intentado alguna comunidad y que sólo
encuentran amparo en asociaciones como APACBANK o ADICAE, para defender su
futuro.
El
segundo gran agujero lo encontramos en nuestra ciudad. Si cada castellonense
debe pagar una deuda para 2013 de 126 euros, para hacer frente a los intereses
de una deuda municipal acumulada por años de mala gestión y sólo recibirá 187
euros del Gobierno Central, la mitad que el resto de ciudades de su categoría
para 2013 y también la mitad de lo que recibía en 2007. Esto demuestra que el
paralelismo en la gestión bancaria y política, no es casual, sino una
consecuencia de la otra. Desde Rato, sucesor natural de Aznar, pasando por
Olivas de Zaplana, que dio paso a Camps o Antonio Tirado, que pasó a las filas
que hoy no quieren declarar, ni asumir responsabilidad alguna de este desastre.
Todos ellos pasan sin declarar y ceden la mala gestión a sus hijos políticos,
llaménse los De Guindos, Alberto Fabra o Bataller.
También
ha sido semana de dimisiones, la de Mateo, diputado y ex alcalde de la 4ª ciudad
valenciana por sentencia judicial, al igual que el conceller de hacienda que
hasta ahora aguantaba su vela y la de Blasco. O la fulminante destitución de
Pellegrino, la semana que la Generalitat recibe fondos y acepta pagar una deuda de 5.6 millones al CF
Valencia para saldar su mora, precisamente con Bankia y quién sabe si dará para
el finiquito de su entrenador. Qué más
quisiera un hipotecado apunto de deshauciar, un ahorrador, un pequeño
empresario o un humilde ciudadano de Castellón y aficionado albinegro, recibir
ayudas tan generosas.
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