AMPARO MARCO Mediterráneo, 12-12-2012
Por circunstancias personales
de esas que siempre queremos evitar, he estado estos días en el hospital de
Castellón con mi padre. En esos momentos, al recurrir a los profesionales de la
salud para que nos ayuden en circunstancias difíciles, es cuando nos damos
cuenta de la importancia de contar con una sanidad gratuita, universal y de
calidad. Y es también cuando debemos reivindicar, con más fuerza todavía, la
defensa del Estado del bienestar que tanto y tanto costó conseguir y ahora unos
pocos nos quieren arrebatar.
He podido comprobar, una vez
más, la dedicación, laboriosidad y entrega de los trabajadores del hospital. A
pesar del recorte de recursos, a pesar del tijeretazo a sus nóminas, a pesar de
la degradación interesada del modelo sanitario público, ellas y ellos muestran
su mejor ánimo, su disposición máxima para que los pacientes se sientan
queridos e importantes. A todas y todos solo les puedo dar, solo les podemos
dar, las gracias.
El afán del Partido Popular
por destruir el modelo sanitario en la Comunitat Valenciana, y en general en
toda España, no tiene sentido. Somos conscientes de las dificultades, sabemos
que la economía sigue debilitada y que la recuperación será lenta, pero no
podemos mercadear con la sanidad como si fuera un negocio. Ese no es el debate,
por mucho que la derecha quiera reducir la calidad de vida, también, a un
problema de números.
Estamos asistiendo a la
demolición controlada de la sanidad. Vemos en el telediario cómo los
profesionales de la sanidad pública se rebelan contra el intento perverso de
privatizar la gestión de los hospitales y hasta de los centros de salud. Los
gobiernos conservadores son hoy en día una amenaza para la ciudadanía. Al menos,
para aquellas personas y familias con menos recursos, que, a partir de ahora,
tendrán dificultades para recibir las prestaciones sanitarias a las que hasta
ahora tenían derecho.
No podemos
quedarnos con los brazos cruzados. Es el momento de dar un paso adelante y
luchar por lo que creemos justo. Es una responsabilidad que nos atañe a todos,
porque más pronto o más tarde todos necesitaremos recurrir a la sanidad y
querremos lo mejor.
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