miércoles, 5 de diciembre de 2012

EL RODILLO POPULAR


AMPARO MARCO                                           Mediterráneo, 05-12-2012


Los socialistas de Castellón hemos tratado de defender en las últimas semanas propuestas que buscan mejorar los condiciones de vida de los castellonenses, pero el rodillo popular ha pasado sobre ellas sin tomarlas en consideración. Queríamos que la crisis tan dura que estamos sufriendo tuviera menos perjuicios para las familias que peor lo están pasando. Porque desde el Ayuntamiento se pueden impulsar políticas de ayuda ciudadana de gran calado social.

Lo hemos intentado, pero el alcalde ha sido insensible. La misma semana que el alcalde cambiaba de coche oficial (60.000 euros que salen de nuestros bolsillos), Bataller se negaba a que los parados de larga duración, las familias monoparentales y las víctimas de la violencia de género pagaran menos por la tasa de la basura. Esa misma semana, el PP se negaba a reducir los sobresueldos de los altos cargos municipales para impulsar un plan de empleo local. Y vetaba una moción socialista para vetar a los bancos que ejecuten desahucios y no propongan algún sistema de realojo a las familias afectadas por la crisis.

Mientras las previsiones económicas alertan del negro panorama que tendremos en 2013, Bataller se negaba a recortarse el sueldo. El alcalde seguirá cobrando más que el presidente de la Generalitat y casi lo mismo que el presidente del Gobierno. ¿Quién dijo crisis? El PP de Castellón no quiere que los problemas de los demás le estropeen la mañana y esconde la mirada a esta realidad tan trágica.

La mayoría popular pasa por encima de las propuestas progresistas como un elefante por cacharrería. La insensibilidad extrema de los dirigentes conservadores está contribuyendo a la 'operación Rajoy' para desarticular el Estado del bienestar. Cuando el PP abandone el poder, dejará un rastro de desolación. Los logros que han costado años de sufrimiento de nuestros padres y abuelos están a punto de desaparecer por culpa de la falta de responsabilidad de unos gobernantes que no se ponen en la piel de los grandes derrotados de la crisis.

El tiempo del derroche ha terminado. El tiempo del PP ha acabado. Es necesario abrir la puerta al cambio, a la dignidad, a la esperanza.

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