Los ayuntamientos no tienen sentido si no trabajan para solucionar los problemas de los ciudadanos. Los socialistas de Castellón llevamos más de un año exigiendo más liderazgo municipal para afrontar los malos momentos de la economía, creemos que, como institución más cercana a los castellonenses, podremos cooperar con el resto de administraciones para encontrar la vía de la recuperación del progreso y del empleo.
Sin embargo, ante estos intentos de participar activamente en la política municipal, nos hemos encontrado con el rechazo persistente del Partido Popular, que se ha convertido en la oposición de la oposición y frena cualquier iniciativa que venga de los bancos de enfrente, aunque sea beneficiosa y productiva para la ciudadanía.
Los socialistas hemos presentado seis iniciativas para su debate y aprobación en el pleno de mañana, el máximo que permite el reglamento. Son propuestas que solo buscan la idea de un Castellón mejor, como las que rechazan los recortes del Gobierno y de la Generalitat en la calidad de la educación y en las prestaciones sanitarias, en los derechos civiles (el mantenimiento de la ley de interrupción del embarazo) y la continuación de la ayuda de los 400 euros a los parados que han agotado la prestación.
Pero el PP las ha vetado, no admite que seamos otros quienes llevemos la iniciativa y propongamos cambios para que los ciudadanos no se sientan atacados en sus derechos. Queremos una ciudad moderna, abierta y progresista, en la que cada castellonense disfrute de oportunidades de desarrollo y sienta el apoyo solidario de la Administración.
El alcalde no tiene un proyecto de ciudad, ha claudicado ante la crisis y no ha presentado ni una medida eficaz para reactivar la economía productiva y ayudar a la generación de empleo. Desde su acceso accidental al cargo, Alfonso Bataller solo busca los flashes de las fotografías de prensa. Pero con ese afán de notoriedad, Castellón no gana nada. Lo que necesita Castellón es dinamismo y efectividad, un equipo de gobierno que gobierne y un alcalde que se guíe por el interés general de la ciudad y no por el furor electoralista. No podemos esperar más.
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