IGNACIO SUBÍAS Mediterraéno, 14-10-2014
El pasado día 10 de octubre se
celebró el día mundial de la “ salud mental “ y sin duda es un buen momento
para reflexionar como está la salud mental en general y básicamente en nuestra
Comunidad.
La salud mental ha sido una de las grandes
olvidadas del sistema sanitario, con diversos tipos de problemas. Desde la
falta de recursos, tanto humanos como materiales, de estructura, organización y
coordinación. Quisiera recordar que en nuestra Comunidad, tenemos la mitad de
psiquiatras, una tercera parte de psicólogos y de personal de enfermería y una
quinta parte de trabajadores sociales, en relación a parámetros internacionales
y a las recomendaciones de organizaciones profesionales. Así mismo tenemos déficit
de recursos, tales como hospitalización domiciliaria, pisos asistidos.. y sin
duda escasos recursos para rehabilitación y reinserción social, aspectos
básicos para abordar los problemas de los pacientes en su recuperación. Para
que se hagan una idea las inversiones durante el año 2013 fueron nulas.
Si estos datos son importantes y
evidentemente con consecuencias, no lo es menos la falta de coordinación, de
participación de enfermos, familiares y profesionales y el déficit de
información. En nuestra comunidad no es sencillo encontrar datos fiables que
puedan hacer tener conocimiento real de la situación, por otra parte siguiendo
la línea de oscurantismo y de falta de trasparencia del gobierno Valenciano.
Lamentablemente para el P.P.
nunca ha sido una prioridad la salud mental. Los enfermos y familiares viven
muchas veces situaciones complejas a los que la administración solo les da
soluciones simples, llevándoles en ocasiones a vivir situaciones límites. A
todo ello se une en muchas ocasiones lo que podíamos llamar el estigma sobre
estos enfermos, que sin duda es un fenómeno social a tener en cuenta, pues
suele producir marginación y aislamiento social, pudiendo llevar a déficit de
atención sanitaria y social.
El P.P. ha socavado derechos
ciudadanos, con la excusa de la crisis. Se llegaron a plantear la intervención
sanitaria en situaciones de riesgo para la salud pública, así como el proyecto
de ley de reforma del código penal, donde pretendían recuperar el concepto de
peligrosidad social unido al de persona con trastorno mental y fue la reacción
de asociaciones, quienes lograron la rectificación de las propuestas, que nos
hacían retroceder años y eliminar derechos de enfermos.
Es absolutamente necesario el dar a conocer la
situación real de los enfermos y familiares, en definitiva de la salud mental.
Hay que luchar contra la discriminación que padecen y ser capaces de potenciar
la atención en salud mental, que ha de ser una de las prioridades de las
políticas sanitarias, si se quiere actuar con justicia y equidad. Sin duda la
salud mental ha sido una de las grandes damnificadas de los recortes que han
llevado a cabo los gobiernos del P.P.. Es urgente una evaluación y llevar
adelante políticas activas, para potenciar la atención y dignificar como se
merecen los enfermos afectos de problemas de salud mental y a sus familiares
que igualmente sufren situaciones extremas.