IGNACIO SUBÍAS Mediterráneo, 3-06-2014
Comentaba en mi último artículo,
que el P.P. no estaba dando respuestas ante los problemas que perciben los
ciudadanos como más importantes y que por lo tanto repercuten en el día a día,
dichos problemas son el paro, la corrupción y la sanidad.
Una cosa es reconocer
aparentemente los problemas y otra es hacerlo realmente y a partir de dicho
diagnóstico poner soluciones. Como he dicho en tantas ocasiones una de las
características del P.P. en su gestión es el no reconocimiento de los problemas,
salvo cuando ya se han cebado sobre la gente y obviarlo sería absurdo y no les
queda más remedio que aceptarlo e intentar trasmitir que están encima de los
temas.
Un ejemplo serían los presuntos
casos de corrupción, que primero niegan y después según van avanzando los
casos, presumen de aparentes líneas rojas, que evidentemente no se corresponden
con la realidad. Así acabamos de conocer la sentencia al ex conseller Blasco,
de 8 años de prisión y 20 de inhabilitación y aquí quisiera recordar el trabajo
de denuncia del P.Socialista desde hace tiempo en este sentido y que el P.P.
primero lo defendía y en la actualidad tras la sentencia el señor Fabra dice
que está contento de que la justicia funcione e incide en que el P.P. lo
expulsó. Pero es igualmente cierto que lo mantuvo durante mucho tiempo y desde
que el P.Socialista lo expulsó hace más de 25 años, posteriormente lo fichó el
P.P. y lo ha mantenido durante muchos años en cargos de máxima responsabilidad.
Lamentablemente la sombra de la
presunta corrupción se extiende a otros casos y la actitud del P.P. suele ser
primero cerrar los ojos y después titubeante y consentidora y solo cuando no
queda más remedio adopta decisiones. Es verdad que hay que mantener el derecho
a la presunción de inocencia, pero en política se debe de exigir un plus de
comportamiento y una concepción de lo que supone la ética pública como norma de funcionamiento,
pues si no se pierde credibilidad y a los responsables del P.P. les debiera de
llamar la atención el importante número de presuntos casos de corrupción que
tienen, ensombrece la política y les lleva a preocuparse más de sus problemas,
que de los que afectan a la gente.
Créanme que me gustaría más
hablar de otro tipo de problemas y de sus posibles soluciones y que se ha de
trabajar en su diagnóstico y soluciones, pero es verdad que precisamente los
ciudadanos consideran que el segundo problema que afecta a nuestra sociedad
tras el paro, es la corrupción y por eso se ha de luchar contra ella, en unos
casos denunciándola y exigiendo una gestión trasparente y honesta y en otros
impidiéndola y luchando con contundencia cuando aparezca, pues sino seguirá
provocando desafección de la gente con la política.
La presunción de inocencia, no debe de evitar actuar
con contundencia cuando aparezcan los casos, como el del señor Blasco, lo
contrario es la política de avestruz que suele aplicar el P.P.
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