IGNACIO SUBÍAS Mediterráneo, 24-12-2013
Las decisiones que está tomando
el P.P., nos están haciendo retroceder años en libertades individuales y
colectivas, en derechos y uno se pregunta todo esto para qué y por qué. La
respuesta es que está aflorando la ideología más conservadora de quienes nos
gobiernan, amparados en una mayoría, que posiblemente no hubieran conseguido si
los ciudadanos se hubieran imaginado a donde nos iban a llevar.
Uno siente una mezcla de rabia e
impotencia, pero a la vez un sentido de la responsabilidad para trabajar, para
echar democráticamente a quienes nos están llevando por un camino de ruptura
social, de retroceso en derechos y libertades. Nos encontramos con decisiones
que afectan a los más necesitados, tanto a nivel sanitario, educativo como de
servicios sociales, tales como los diversos copagos o tasas que excluyen a
ciudadanos del sistema o dificultan el acceso a la universidad o a la enseñanza
en general, en cambio no se cortan en favorecer a colegios con separación de
sexos en clase o a la creación de universidades privadas o la privatización de
servicios sanitarios.
Así mismo han implantado unas
tasas judiciales que nos hacen desiguales ante el acceso a la justicia y la
dificulta para aquellos con menos recursos. Han subido impuestos y el precio de
los servicios, de tal forma que cada vez se escucha más gente que no puede
encender la calefacción, que vive en condiciones precarias y que no puede
acceder a una alimentación básica. Qué no decir de la ley de seguridad
ciudadana, que dificulta la expresión plural de la ciudadanía y sus diversas
manifestaciones, en un claro ataque a la libertad de expresión, ante las
posibles consecuencias que podrían tener, en una interpretación cruel y
partidista del binomio libertad-seguridad.
Ahora quieren aprobar una nueva
ley de interrupción voluntaria del embarazo, que rebaja la libertad de la mujer
hasta cotas difícilmente imaginables, haciéndonos retroceder más de 30 años.
Las nuevas exigencias, convertirán la decisión de abortar en una carrera de
obstáculos, que nos aleja de la mayoría de los países de nuestro entorno. Por
ejemplo la grave malformación del feto no será motivo de aborto. El gobierno se
arroga unas potestades basadas en los sectores más conservadores de la
sociedad, invadiendo las esferas privadas de derechos que creíamos
consolidados.
Con estas medidas, regresamos a
los años en que podían abortar las mujeres que tenían recursos económicos y que
se podían marchar fuera. En cambio las mujeres sin recursos, si lo hicieran
será con riesgo en muchos casos de sus vidas. Un terrible paso al pasado.
Esta sociedad había conseguido tremendos avances en
los últimos años, equiparándonos a las sociedades más avanzadas y justas
socialmente. El P.P. nos está llevando a cotas de retrocesos impensables hace
poco tiempo. Todo ello me ha hecho recordar un libro que leí hace unos años “
el florido pensil “, que relata parte de la educación de aquellos años 50-60,
donde intentaros un claro adoctrinamiento y construir un páramo intelectual. No
lo consiguieron y ahora tampoco conseguirán cortar cotas de libertad.
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