AMPARO
MARCO Mediterráneo, 18-12-2013
El
Tribunal Supremo ha sentenciado, por tercera vez, que el Plan General
de Ordenación de Castellón es nulo de pleno derecho. Parece que
esta vez, por fin, el equipo de gobierno municipal se dará por
enterado y acatará lo que ha dicho la Justicia. El PP lleva cinco
años negando que el cielo es azul y han tenido que venir unos
señores de Madrid a decirle que es más azul que el océano.
Alberto
Fabra y Javier Moliner fueron los primeros culpables, porque se
negaron a asumir la sentencia e iniciar la elaboración de un nuevo
PGOU. Luego vino Alfonso Bataller y más de lo mismo: no quiso
reconocer que las cosas se hicieron mal y había que rectificar. Esa
política de negación de la realidad es la que ha llevado a
Castellón al peor momento de sus historia.
Ahora
toca empezar de nuevo. Es el momento para diseñar una ciudad moderna
y sostenible, ajustada al momento económico actual. Ya está bien de
los sueños de grandeza, como los de Camps. Lo que necesita Castellón
es un planeamiento urbanístico que ayude al desarrollo económico,
pero que no hipoteque el futuro.
Es
necesario hacerlo, por un lado, para tener una herramienta económica
que anticipe la salida de la crisis, y por otro, para evitar que al
Ayuntamiento de Castellón le lluevan las demandas de empresas y
particulares que se consideran perjudicados por tanto años de mal
urbanismo.
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