IGNACIO SUBÍAS Mediterráneo, 10-12-2013
El P.P. sigue deslizándose por
una pendiente peligrosa, en la que la privatización progresiva del sistema y
los recortes los están utilizando como un instrumento preferente de sus
políticas y los han convertido en mercancía a privatizar. Como digo en esa
pendiente por la que nos están arrastrando, suponen ajustes que son auténticos
recortes y que llevan a una disminución de las prestaciones, incidiendo en una
pérdida de calidad que lamentablemente ya comienzan a percibir los ciudadanos
de forma clara.
Persiste la exclusión de
ciudadanos, precisamente de aquellos que tienen más problemas, los inmigrantes
sin papeles o los Españoles mayores de 26 años que no hayan tenido acceso a un
primer contrato de trabajo y cuya renta familiar supere los 100.000 euros, esto
supone romper la universalidad, la equidad y la solidaridad del sistema. Así
mismo se acentúan los recortes que
suponen pérdida de derechos, tales como los diversos copagos, en medicamentos,
prótesis externas, dietas terapeúticas, trasporte sanitario no urgente,
diversos tratamientos, la exclusión de 417 medicamentos de uso habitual de la
prestación protegida o el nuevo copago de medicamentos de dispensación
hospitalaria a pacientes externos que afecta a pacientes graves y crónicos, o
los recortes en servicios de urgencias, en trasporte sanitario urgente o los
efectos sobre las restricciones en política de personal, así como el olvido de
la atención en salud mental y en el sistema socio sanitario.
He dejado para el final los tremendos
recortes que afectan a los discapacitados y dependientes, aquellos que más
necesidades tienen y sobre los que se están aplicando unas medidas que les
sitúa ante problemas de exclusión social y ante la posibilidad de tener que
decidir y priorizar, para poder mantener un mínimo de prestaciones semejantes a
las que tenían hasta hace tan solo un par de años. Pero les afectan no solo
prestaciones sanitarias, pues habría que añadir los tremendos recortes en la
ley de la dependencia, que ha disminuido las prestaciones de estas personas y
sus familias hasta límites difíciles de sobrellevar.
Decisiones injustificables que
están recayendo sobre aquellos sectores de la sociedad más desfavorecidos y con
más necesidades de que las instituciones públicas actúen en defensa de sus
intereses, para que puedan llevar una vida digna, de acuerdo con los derechos
que debieran tener. No estamos ante decisiones que se puedan sustentar en la
caridad, si no en los derechos, la justicia social y en la dignidad de las
personas.
Hace unos días se celebro el día
de la discapacidad y debiéramos recordar ese y todos los días los tremendos
efectos sobre este colectivo, que están teniendo los recortes que están
aplicando los gobiernos del P.P.. Por eso se les pide el respeto a las decisiones
de la convención internacional sobre derechos de las personas con discapacidad
y que puedan tener el acceso a la salud sin discriminación.
El P.P. en la C.Valenciana no escucha y su concepción
absolutista les lleva a la incomunicación y al aislamiento y lamentablemente
nos están deslizando por un terraplén de pérdida de derechos.
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