AMPARO MARCO Mediterráneo, 13-11-2013
La Generalitat Valenciana ha vuelto a afilar la
podadora y ha recortado, otro año más, las inversiones para Castellón. Da igual
que sea Camps como que sea Fabra, Valencia ha puesto en marcha la máquina de
los recortes y nos da a los castellonenses la limosna de todos los años.
Castellón no es una prioridad para Alberto Fabra, el peor presidente que ha
tenido el autogobierno valenciano, que ya es decir.
El maltrato de la Generalitat es de tanto calado
que hasta el alcalde de Castellón ha tenido que reconocer la chapuza del
presupuesto y anunciar la presentación de enmiendas para corregir, cuanto
menos, la cantidad consignada para la
remodelación del complejo deportivo Gaetà Huguet. Bataller había pactado 2,3
millones con el conseller de Hacienda y solo se han consignado 900.000 euros
para 2014.
La actitud de Bataller es la prueba del algodón de que no pinta nada en Valencia.
Antes de demostrar su impotencia política en público, hubiera sido más
productivo que se hubiera presentado en el palacio de la Generalitat para pegar
un puñetazo sobre la mesa.
Castellón necesita un alcalde que tenga claras cuáles
son las prioridades, pero lo que tenemos es un político incapaz de ejercer el
liderazgo, que no es escuchado ni siquiera en su partido. Bataller tiene la
oportunidad de hacer que las inversiones mejoren, pero, sinceramente, lo
dudamos.
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