AMPARO MARCO Mediterráneo, 01-08-2012
Hace ahora un año el Partido Popular decidía acabar con
las tropelías del presidente Camps con los amiguitos del alma corruptos de
Gürtel y le forzaba a dimitir. De esta manera se ponía fin a la etapa más negra
y más absurda del autogobierno valenciano. Los excesos cometidos por la
Generalitat en los últimos años han tenido una consecuencia lamentable, que es
la que estamos pagando ahora, con una economía mortecina y una estadística del
desempleo lamentablemente elevada.
La dimisión de Camps propició que el entonces alcalde de
Castellón, Alberto Fabra, fuera elegido por el Partido Popular como nuevo
presidente de la Generalitat y su puesto en el Ayuntamiento fue ocupado por
Alfonso Bataller. Una carambola que dejó al frente de las dos instituciones a
dos dirigentes conservadores que no tenían experiencia suficiente para afrontar
el reto de sacar a la Comunitat Valenciana y a Castellón de la crisis.
El Ayuntamiento de Castellón atraviesa el peor momento de
su historia democrática. El equipo de gobierno municipal ha acumulado una deuda
que puede acabar el año en más de 150 millones de euros y con las cuentas hipotecadas
para los próximos diez años. Para poder pagar 50 millones de euros a las
empresas proveedoras se ha tenido que aprobar un plan de ajuste abusivo, que no
ayuda a la recuperación económico y que nos anclará, aún más, en la crisis.
Bataller ha presentado un balance de su gestión en el que
no ha podido destacar ni un solo proyecto decisivo para impulsar el crecimiento
de Castellón. El único logro del que se vanagloria el alcalde es el de haber
sacado la tijera y haber dejado el presupuesto temblando. Es la misma política
del recorte de Rajoy que no favorece el relanzamiento de la ciudad.
Los socialistas creemos
que se pueden y se deben hacer más cosas para buscar una solución a los
problemas de Castellón. Ahora más que nunca hay que estar del lado de la
ciudadanía. El Ayuntamiento es un instrumento clave para impulsar el progreso
de la ciudad y hay que hacer todo lo posible para recuperar la confianza y
crecer como en el pasado. Castellón necesita más esfuerzo de todos para
recuperar nuestro futuro.
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