AMPARO MARCO Mediterráneo, 14-08-2012
El Gobierno
de Rajoy navega sin norte en las aguas tumultuosas de la crisis. Sin norte, sin
sur, sin este y sin oeste. Cada viernes durante los últimos meses, el Consejo
de Ministros ha aprobado decenas de medidas para tratar de contener el
hundimiento de la economía, pero el resultado de sus decisiones no ha
contribuido a paliar la gravedad del momento en que nos encontramos. Lo único
que ha conseguido es agravar las circunstancias difíciles en las que viven los
españoles.
Más impuestos,
peores servicios públicos, menos protección social… El panorama de los ocho
meses de gobierno conservador no puede ser más desalentador. España ocupa las
portadas de la prensa internacional por las decisiones erráticas de un
presidente que no es capaz de tomar las riendas de la situación. No se conoce
otro caso reciente en el que un Gobierno haya sufrido tanto descrédito.
Rajoy siembra
desconfianza. Las decisiones del Partido Popular están descolocando a los
líderes europeos. Ni siquiera Merkel confía en la capacidad de su homólogo para
afrontar la crisis. Los secretarios generales de la UGT y CC.OO. decidieron
entrevistarse directamente con la presidenta alemana para explicarle la
situación. Rajoy es irrelevante. Nadie confía en que sea la persona necesaria
para salir adelante. Ni siquiera los votantes que en noviembre le dieron la
mayoría parlamentaria.
Las encuestas
que se han publicado en los últimos días constatan la caída estrepitosa del
Partido Popular en credibilidad y en intención de voto. Una demostración
contundente de la pérdida de confianza de la ciudadanía. Rajoy engañó a los
españoles con la promesa de que sabía lo que tenía que hacer para acabar con la
crisis, pero lo único que ha sido capaz de hacer es acentuar los problemas con
su tijeretazo a los derechos económicos y sociales.
Castellón no es ajeno a las dificultades. Las mismas
malas prácticas del Gobierno central son las que ha trasladado al Ayuntamiento
Alfonso Bataller. Más impuestos, menos protección social, ninguna inversión… Más
desconfianza. Con este Gobierno municipal, los castellonenses seguirán teniendo
menos oportunidades de recuperar el progreso perdido.
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