AMPARO MARCO Mediterráneo, 21-05-2014
Las elecciones de este domingo no solo servirán para decidir la Europa que
queremos, sino la Europa que no queremos. La campaña está demostrando que hay
una política que sigue anclada en el pasado, retrógrada y casposa, la del PP y
su candidato machista Miguel Arias Cañete, y una alternativa, justa, social y
volcada en el futuro, la del PSOE y Elena Valenciano. Decidir si queremos una y
otra está en nuestra mano, en nuestro voto.
En los últimos días hemos vuelto a ver qué tipo de política representa la
derecha. No hace falta rascar mucho para ver lo que hay detrás de la fachada
del marketing. El exabrupto de Cañete y su supuesta superioridad intelectual
dicen más del PP que mil programas electorales juntos. La metida de pata del ex
ministro agropecuario ha sido tan grande que ha obligado a otros dirigentes de
su partido, como Javier Moliner, a salir en tromba en defensa de su candidato.
Con más pena que gloria, porque solo ha conseguido aparecer como otro Cañete
rancio y prehistórico.
Decía Norberto Bobbio que la diferencia entre derecha e izquierda es que la primera justifica la desigualdad por ser algo natural y porque es imposible acabar con un mundo de ricos y otros de pobres, de poderosos y despojados. La izquierda, sin embargo, lucha por romper las barreras de la Historia, por lograr un mundo de iguales. Esa es la diferencia.
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